lunes, 20 de febrero de 2012

Sergi Arola - Gastro

Premiado con dos estrellas Michelín y tres soles Repsol, Sergi Arola -Gastro ocupa un lugar de referencia en la alta gastronomía madrileña. Tras diez años en La Broche (restaurante que visitamos en varias ocasiones) Sergi Arola y su mujer, Sara Fort, iniciaron esta apuesta en Madrid hace más de tres años. Recientemente se ha sumado la apertura de Vi Cool (también en este blog). Acabamos de visitar Sergi Arola - Gastro y nos hemos encontrado un concepto culinario repleto de sabores nítidos y respeto por el producto. Menos innovación que La Broche, pero mayor solidez.
Está situado en el número 31 de la calle de Zurbano, en pleno barrio de Chamberí. La decoración es sobria y minimalista, con tonos marrones y beige, que consiguen crear un estilo elegante y distinguido, a la par que moderno. Las mesas se distribuyen en dos estancias: la primera es una sala alargada con mesas a un lado del pasillo y un sofá adornado con múltiples cojines que recorre toda la pared. La disposición de las mesas permite disfrutar visualmente del mosaico de color wengué que viste toda la pared derecha de este comedor hasta llegar a la cocina. Es una composición a base de cajones que entran y salen y que se utilizan asimismo para guardar cuberterías, mantelerías, etc. Al final del pasillo hay una pequeña sala con algunas mesas más, y al fondo de ella penden unas esculturas de cangrejos, peces y redes marinas. En la planta baja esta la coctelería del restaurante: un lounge con mesas bajas y apropiada para quedarse tomando una copa o el café tras la comida.
No existe carta propiamente dicha sino diferentes tipos de menú degustación con numerosas referencias a la cocina catalana, aunque cambian frecuentemente, Se diferencian en el número de platos que lo componen, oscilando entre el menú gastro (un recorrido por todos los platos de la carta, a un precio de 160€) y el menú ejecutivo (95€). Optamos por el menú básico, que permite elegir un entrante, un plato del grupo de los pescados y otro del de las carnes, así como un postre y las siempre presentes tapas a modo de aperitivos.
Antes de comenzar con el menú nos obsequiaron con una lima rellena de ensalada de maíz, tomate y aguacate, así como una coca-pizza de mozarella y tomate, ambas muy ricas pese a ser completamente diferentes. A continuación nos trajeron una exquisita variedad de tapas: la “bomba” de la Barceloneta (una especie de patata licuada); el "bocata" de calamares, las gambas “al ajillo” (¡lo increíble es son mini cucuruchos con una bola de helado que sabe a lo dicho!), el falso sandwich de tomate y jamón y las patatas bravas Arola (ya las conocíamos de Vi Cool).  De los entrantes probamos tanto la molleja de ternera como las verdinas guisadas con erizos de mar; ambos muy buenos y con una completa elaboración. Continuamos con el arroz cremoso al queso Idiazábal y después probamos la escudella de foie (realmente exquisita, con las pequeñas judías y butifarra blanca y negra) y el “bistec” con patatas, que a pesar de su nombre se presenta como carpaccio de carne de wagyu sobre patata a modo de niguiri y acompañado de un consomé con yema de huevo.  De postre tomamos soufflé de vainilla con galleta Oreo y helado de cacao amargo, y el chocolate “Da la vida”, que no sólo está muy rico sino que tiene una presentación  curiosa en una pequeña maceta, con chocolate y strudel de plátano y naranja y hojitas de cilantro asomando.
El servicio resultó impecable tanto por la puesta en escena (incluyendo el detalle de rosas frescas en todas las mesas) como por la atención personalizada y las detalladas explicaciones de cada plato.
En cuanto al precio, evidentemente muy alto, pero se comprende por el esfuerzo realizado en la calidad de las materias primas y de la puesta en escena (con mención especial al personal de sala).

En resumen, la experiencia gastronómica resultó excelente tanto en los aspectos culinarios como en la presentación de los platos, e incluso porque aunque en restaurantes de cocina creativa las raciones suelen ser minimalistas el conjunto de la comida fue más de lo que podíamos comer. El único “pero” que le ponemos es que el restaurante estaba completamente vacío, inusual en este perfil de restaurantes incluso en la actual situación económica, lo que es un preocupante indicio…

Precio medio: 110€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 9,5/10.
GastroTip: sin ser un sitio romántico, desde luego es muy apropiado para celebraciones especiales, tanto para comer como para cenar. Cocina creativa de alta calidad, con platos sofisticados en su elaboración pero de cocina “cercana”. Si bien existen alternativas más sofisticadas como, por ejemplo, Ramón Freixá, opinamos que Sergi Arola – Gastro está algo por encima de DiverXO, por ser éste menos formal y más enfocado a las experiencias gastronómicas desde la perspectiva culinaria.

 

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