El pasado mes de octubre abrió sus puertas el restaurante Caray en el hotel Gran Meliá Fénix, muy cerca de la plaza de Colón. Consta de un salón en forma rectangular con una barra ovalada revestida de un material similar a la malaquita. Decorado en tonos dorados y negros, con algunos destellos igualmente de color verde esmeralda que le confieren en general un aire elegante -alejado de las modernas decoraciones que presiden los restaurantes abiertos últimamente- aunque quizá carente de un estilo propio.
Desde el punto de vista culinario la propuesta se basa en platos tradicionales de la cocina española con un punto de sofisticación y correcta presentación. La carta presenta numerosas referencias a la caza, como la cecina de ciervo, la ensalada templada de perdiz, el tartar de ciervo, la perdiz al curry y el solomillo de venado. De los entrantes probamos las gambas a la gabardina invertidas, de las que se come todo –muy ricas- aunque los boletus con huevo trufado, el pulpo frito con puré de boniato o las croquetas de ortiguillas son otros platos que nos llamaron la atención, para compartir. De los platos principales probamos las mollejas de cordero -fuera de carta- y el lomo de vaca mayor acompañado de patatas fritas (caseras obviamente), muy buenos ambos. Además de los ya citados, otros platos apetecibles sobre el papel eran el rape con arroz y zamburiñas y la merluza con tirabeque y carabinero. De los postres elegimos -con acierto- las galletas de canela caramelizadas sobre tiramisú. En cuanto al servicio, bien en general, un poco ecléctico como la decoración y en ocasiones demasiado inquietos por recoger los platos según íbamos terminando...
En general nos ha gustado la comida, tanto en variedad de la carta con platos diferenciales a los habituales en los restaurantes que solemos visitar, como en el entorno elegante. El único aspecto negativo que resaltaríamos es el excesivo bullicio (aspecto de difícil solución) que dificulta seguir las conversaciones y resta intimidad y romanticismo a Caray.
Nuestra valoración general: 7,5 sobre 10
Precio medio: 25€ por persona, bebidas aparte.
GastroTip: buena alternativa gastronómica a los clásicos habituales de Madrid; para comer o cenar con amigos; público sobre los 40 años.
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