En cualquier orden de la vida resulta complicado repetir una experiencia exitosa. El primer Thai Gardens -calle Jorge Juan- fue uno de los restaurantes más bonitos y chic de Madrid en las postrimerías del siglo XX, sin que su segunda experiencia en el paseo de la Habana consiguiera hacerle sombra. Hace ya seis meses que conocimos The Garden 2112, la tercera aventura gastronómica de Emilio Carcur en Madrid (también tiene una “sucursal” en Barcelona) y como comentábamos en nuestra entrada de diciembre de 2011 (ver post), nos sentimos decepcionados pero con las expectativas de que una vez terminaran las obras que aún estaban en marcha, el restaurante estaría a la altura de lo esperado como sucesor de Thai Gardens. Hemos elegido una cálida noche del verano de Madrid para darle una nueva oportunidad, comprobando con satisfacción que The Garden 2112 ya está rodando perfectamente y vuelve a ser refinado, chic y culinariamente cuidado.
Nos ha gustado especialmente el hall del restaurante, muy bien ambientado, con profusión de maderas en techo, suelo y paredes, así como figuras decorativas y ornamentos típicamente thai. El otro aspecto muy destacable es la amplia terraza del restaurante, con techados de madera, discretos puntos de luz completados con una vela en cada mesa –espaciosas y elegantemente vestidas éstas-; todo ello crea una atmósfera romántica y muy grata en general, y en nuestra opinión esta terraza se suma a las de Rubaiyat e Iroco como las más bonitas de Madrid.
En cuanto al salón interior, si bien con la finalización de las obras ha mejorado estéticamente con una gran planta decorativa central y recubriendo de madera una de las paredes, carece del encanto del resto del restaurante, lo que le restará atractivo en invierno cuando no se pueda disfrutar de la ambientación thai de los comedores exteriores.
Respecto al servicio, percibimos una clara mejoría respecto a nuestra anterior visita; el personal de sala vuelve a ser de origen asiático y va correctamente –y discretamente- ataviado. Su trato hacia nosotros fue exquisito y durante la cena nos llamó la atención una cualidad reseñable (y pocas veces encontrada) en el servicio: su “invisibilidad”, dado que aunque no estaban “revoloteando” alrededor de las mesas (lo cual es de agradecer) aparecían como de la nada y atendían con presteza y profesionalidad.
Desde el punto de vista gastronómico, la carta mantiene los platos típicos de la cocina tailandesa, un tanto picantes y con profusión de arroz, leche de coco y verduras, entre otras materias primas. Disponen de un menú gastronómico (36€) con platos variados razonablemente atractivos y que ya probamos en nuestra anterior visita. En esta ocasión, sin embargo, pedimos diversos platos que no habíamos probado anteriormente: el Pansib, que son unas empanadillas de hojaldre rellenas de patata, verdura y pollo picado; el Khung Phom Pha, a base de colas de langostinos envueltas en pasta de arroz; el Khanom Gin Thai - empanadillas de cerdo y langostino picado, a modo de hakao- y el Parn Thong -triángulos crujientes de pasta de arroz rellenos de pato asado-, estos dos últimos platos especialmente ricos y bien presentados en canastas de madera con acompañamiento de hortalizas y salsa. Tras estos entrantes, elegimos un curry rojo con buey, el Massaman Thai, de sabor suave y muy acertado pese a que la carne pudo resultar algo seca. Por último, uno de nuestros platos típicos favoritos: el Pat Thai, con tallarines salteados, langostinos, soja y cacahuetes tostados, totalmente recomendable. Terminamos saciados y no pudimos probar ningún postre…
En resumen, una experiencia gastronómica muy satisfactoria, en un entorno agradable, chic y distinguido; buen servicio, raciones razonablemente generosas y la presentación e incluso vajilla y cubertería más cerca del estilo Thai Gardens que tanto añorábamos… en esta ocasión la velada excedió nuestras expectativas.
Precio medio: 40€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 8/10
GastroTip: terraza perfecta para cenas románticas y celebraciones especiales; recomendamos atreverse con la carta ¡hay platos muy interesantes!
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