lunes, 4 de junio de 2012

Viavélez: cene con su bodeguero.

Recientemente hemos tenido la oportunidad de disfrutar una de las noches “cene con su bodeguero” que organiza mensualmente el restaurante Viavélez. El evento comienza a las 9 pm y consiste en un menú cerrado -preparado especialmente para la ocasión- con maridaje de distintos vinos, todos ellos de la bodega invitada. Antes de la cena y entre plato y plato, el bodeguero explica el origen, tratamiento y otras peripecias relativas al vino que se va a servir. El precio del menú (50 euros con el IVA incluido) es más que atractivo teniendo en cuenta la categoría de la cocina de Paco Ron, chef y propietario del restaurante.
En nuestro caso, la experiencia “gastro-enológica” fue realmente agradable: el menú estaba compuesto por un aperitivo de gazpacho, tosta de jamón y tosta de anchoa; dos entradas (espárragos con perrechicos, quizá el plato menos acertado de todos, y sardinas marinadas con crema de polenta y pesto de perejil); dos principales (riquísimo bogavante a la americana y un sabroso entrecot con puré de patata y jugo) y un postre (una torrija caramelizada exquisita). Presentaba sus vinos José Luis Mateo de Bodegas Quinta da Muradella (D.O. Monterrei); vinos con cuerpo, alguno de ellos prácticamente extinto, y en general todos ellos muy ricos aunque el que más nos gustó fue el  Gorvia blanco 2008. En esto coincidimos con Carlos Maribona, afamado crítico gastronómico que se encontraba en la mesa de al lado aquella noche. Por encima de los aspectos culinarios, nos llamó la atención el cuidado y detalle con que transcurrió el evento: desde la información que se ofrece en la página web de Viavélez hasta el buen trabajo del servicio durante la cena, la cercanía de Paco Ron y su interés por conocer nuestras impresiones, y por último la prestancia con que se funcionó el equipo de camareros. El comedor estaba lleno.
Por lo demás, el restaurante es coqueto (ocho mesas) y chic, pequeño y elegante con su decoración en tonos blanco y gris perla (igual que las mantelerías de hilo). Sin embargo, resulta algo frío por su ubicación “bajo tierra”, en el sótano del local. En la planta a pie de calle se sitúa la zona de picoteo y tapas (escritas en pizarras), con una barra y mesas altas. Una especie de taberna urbana pero de gran éxito según pudimos observar. Si bien a la carta la factura del restaurante puede aumentar considerablemente, la opción de aperitivo afterwork o de fin de semana parece realmente atractiva.
Precio medio: 50€ por persona (menú cerrado, bebidas incluidas).
Nuestra valoración general: 8/10
GastroTip: no perderse las "cenas con el bodeguero" que organizan el tercer martes de cada mes.

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