Ubicado en Juan de Mena, 14, prácticamente frente al parque de El Retiro, en el barrio de los Jerónimos de Madrid y con aparcacoches para facilitar la complicada tarea de aparcar por la zona.
Es uno de nuestros restaurantes favoritos y aunque en el blog hasta ahora hemos hablado de apuestas gastronómicas de relativamente reciente creación en general, consideramos imprescindible incluir este restaurante, de prestigio consolidado en Madrid y en la escena gastronómica nacional, con varias décadas de experiencia en sus cocinas. No podemos catalogarlo como de cocina creativa porque el calificativo haría pensar en otro tipo de cocina y se quedaría corto, pero evidentemente la creatividad y la calidad de los productos, son elementos diferenciales de la cocina de su creador, todo un gurú gastronómico, Abraham García, cocinero, escritor (blog en El Mundo) y sumiller. Dirige el restaurante con un estilo propio, plasmado no sólo en la calidad de los platos, sino en la atención que presta directamente a los clientes, exolicando cada plato en todas las mesas, con un lujo de detalles cercano al “cariño”.
La decoración -definitivamente nada fashion- acompañada de una luz atenuada, tiene múltiples referencias fotográficas al cineasta autor de la obra que da nombre al restaurante: Luis Buñuel. El único “pero” que le ponemos al restaurante es el propio local, con mesas distribuidas en dos plantas, pero en ambas, muy juntas y con poco espacio; incluso para esperar mientras preparan la mesa, no hay prácticamente sitio, tienes que estar prácticamente pegado a las mesas con sus comensales. El servicio, tanto del chef, como de todo su equipo destaca por su amabilidad y eficacia.
Se trata de una cocina elaborada, más que creativa, con productos de gran calidad que no dejan impasible al cliente. Al igual que otros grandes restaurantes comentados en nuestro blog (posiblemente como antecesor de ellos), tiene una carta dinámica, con unos platos base y otros que varían prácticamente cada día, generalmente ofreciendo productos frescos. Por eso, comentaremos los que probamos en nuestra última visita, aunque podrían no estar disponibles cuando visitéis el restaurante.
Generalmente te ofrecen de aperitivo una degustación breve del aceite elaborado y comercializado por Abraham García (mezcla de arbequina, hojiblanca y picual), acompañado de diferentes tipos de pan. De entrante probamos uno de sus platos más famosos, los huevos de corral en sartén (sobre mousse de hongos y trufas negras) y el arroz meloso con langostinos, ambos exquisitos. De segundo, la hamburguesa de cordero con cus-cús al azafrán y también el pez mantequilla, compartiendo un postre como colofón de la cena: la tarrina de chocolates (blanco y negro) con jalea de amapolas (exquisito).
La carta de vinos es amplia y muy variada, desde vinos de corta crianza, hasta múltiples referencias internacionales si bien, en general, los precios son altos.
Precio medio: sin bebidas, 65€ por persona.
Nuestra valoración general: 9/10
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