Iroco. La vanguardia "chic".

Si bien en los últimos años venimos asistiendo a la apertura en Madrid de restaurantes de decoración sofisticada y ambiente más o menos chic, lo cierto es que Iroco, perteneciente al Grupo VIPS (admiten su tarjeta de puntos) fue, hace ya casi ocho años, uno de los precursores de esta tendencia vanguardista. Es un restaurante “consolidado” en Madrid que sigue manteniendo un volumen razonablemente alto de ocupación, pese a que se encuentra situado en una zona donde existe una fuerte competencia de otros restaurantes de similar perfil de clientela, pero que le superan en diseño y oferta gastronómica (como El Paraguas, Kabuki o Pan de Lujo) y otros que lo intentan (Sula, Oven 180, Alkalde y O´live…). Después de tantos años aún conviene reservar con cierta antelación.

Es una apuesta casi segura para cenar con unos amigos y se presta a ser la opción de algunos para una cena “romántica”, aunque en nuestra opinión las mesas, distribuidas a todo lo largo del restaurante, están demasiado juntas (casi más que en NODO…) y la iluminación es un tanto excesiva. Pese a todo el restaurante ofrece un estilo elegante, con una decoración minimalista y armoniosa, con suelos de tarima y paredes en tonos claros. Una pequeña barra a la entrada del restaurante facilita la espera mientras preparan la mesa. Suele estar frecuentado por turistas de cierto nivel, generalmente extranjeros y, en general, por público de edad media, con buen aspecto y propio de esta zona. El servicio es correcto.

La comida se encuadra en la cocina mediterránea, con guiños -tan de moda- orientales, dando prioridad a la terminación (diseño) y a la calidad sobre la cantidad y consiguiendo que el producto final sea bueno. Entre los entrantes, recomendamos las croquetas de jamón de bellota y boletus, los rollitos de langostino o los nachos de tartar de atún con aguacate; como plato principal, el arroz con chipirones crujientes, los ravioli con queso y trufa, el filete de atún rojo o el steak tartar - aunque no es de los mejores que hemos probado. Entre los postres, claramente el New York cheesecake con frambuesa y el crujiente de tomate dulce y frambuesa sobre mascarpone.

Adicionalmente, queremos mencionar que ofrecen un brunch los sábados, domingos y festivos, que probamos satisfactoriamente en una ocasión. Por último, es especialmente destacable su terraza, posiblemente una de las más agradables de Madrid, por detrás de la de Rubaiyat.

Precio medio: 35€ por persona, sin bebidas.

Nuestra valoración general: 7/10

GastroTip: para comer o cenar, en pareja o con amigos; para alguna ocasión especial, sobre todo, la terraza. Público –edad media- más elegante, que moderno.