Acabamos de descubrir una de las últimas
novedades gastronómicas de este otoño: el restaurante du Liban, situado en el
local donde anteriormente estuvo Hakkasan, en la plaza de la Estafeta de La Moraleja. En línea con su nombre, ofrece cocina libanesa
-muy poco representada en Madrid- y nuestra primera impresión ha sido
excelente, tanto por el elegante estilo del local, como por la riqueza
culinaria de su propuesta, con raíces turcas y árabes e influencias francesas.
Aunque no es una cocina para un público generalista, nos han encantado sus
sabores, con profusión en el uso de especias, hierbas aromáticas y
elaboraciones sobre parrilla, así como cereales, yogures, berenjenas, tomates y
frutos secos.
La carta tiene las típicas especialidades de
la cocina libanesa, con la posibilidad de
compartirlas en formato raciones o mezzes (entrantes) al centro. Comenzamos
compartiendo el típico hommous (puré de garabanzos) -exquisito y con
muy buena presentación, el falafel (bolitas crujientes de garbanzos),
también muy ricas, el _kibbeh, (plato nacional del Líbano, a base de una
mezcla de carne de cordero muy picada y con piñones) y el fattayer jebne (una especie de mini pizzas de queso,
que posiblemente no repetiríamos…). Otros entrantes que incluye la carta, son
el tabbouleh (ensalada de perejil picado, tomate,
cebolla y trigo), fattoush (a base de lechuga, tomate, pepino,
rabanitos, cebolla y menta), labaneh (yogourth cremoso con menta), la moussaka libanesa y las empanadillas de hojaldre casero (con cordero o
espinacas).
A continuación se suele seguir un plato
principal de carne, generalmente cordero, o pescado, acompañados de arroz o
alguna de las anteriores ensaladas. Optamos por la parrillada mixta, con
cordero, ternera y pollo sobre pan de pita con chile (picante) y crema de ajo y
arroz de acompañamiento. La carta ofrece shawarma de pollo o ternera (clásico sándwich
de pita libanés) y diferentes opciones
de brocheta que probaremos en próximas visitas. Terminamos con un postre, la baklawa, que son unos
pastelitos a base de nueces y bañados en miel, muy ricos aunque muy dulces como
suele ser típico en esta gastronomía. Otros postres apetecibles sobre el papel
son la tarta de queso caliente o
el puding de leche. Para facilitar la digestión nos obsequiaron con un vaso de arak, bebida típica libanesa
con alcohol y a base de uva destilada. Asimismo, la carta ofrece diversos tipos
de té (de sandía, pera, manzana…) y una amplia variedad de cócteles.
En resumen, un restaurante totalmente
recomendable, con sabores diferentes y muy apetecibles y una presentación de los platos igualmente
acertada. Además, ofrece una alternativa gastronómica diferencial en una zona
con numerosos restaurantes de cierto nivel.
El servicio muy atento y profesional, aunque
con algunos pequeños desajustes, lógicos dada la reciente apertura.
Precio medio: 30€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 7,5 sobre 10
GastroTip: recomendamos probar el tradicional pan
árabe, servido caliente, muy rico. Para celebraciones especiales en pareja,
pero también para reuniones de grupos reducidos, compartiendo varios mezzes. La relación calidad
precio es muy razonable.
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