lunes, 26 de diciembre de 2016

De nuevo en El TriCiclo

Teníamos ganas de volver a este restaurante que, desde su apertura en 2013, se ha consolidado en la exigente y volátil esfera gastronómica madrileña. Si bien la ubicación -en la zona de las Cortes- no es la más cómoda, especialmente en estas fechas, la visita ha sido muy satisfactoria, mejorando nuestra impresión desde la última vez que estuvimos en esta casa hace dos años. El buen hacer culinario y la adecuada gestión de los tres socios (Javier Mayor, David Alfonso y Javier Goya), poseedores de un curriculum muy sólido y completo, han propiciado el éxito de este restaurante cuyo modelo de negocio está alejado de las modas y la banalidad que abundan últimamente y se centra en el producto y en ofrecer unas recetas de gran nivel y unas preparaciones muy ricas. Prueba del éxito de TriCiclo es que ha abierto Tandem a pocos metros.
El local tiene una preciosa fachada roja, que invita a no pasar de largo... El interior es un local con paredes blancas, llamativamente austero, decorado de forma aparentemente muy casera y franqueado por una barra con mesas altas que, indudablemente, recuerda a una taberna.
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La carta es poco generosa, se distribuye en tres bloques y muchos de los platos se pueden pedir en bocados pequeños (un tercio de ración) o medias raciones, para los que quieran completar un recorrido más amplio por la oferta de los tres chefs:
  • El primer bloque está compuesto por cocina de mercado (o, más bien, "del mercado"), con propuestas de producto fresco como navajas, ostras, chipirón, etc. y otras joyas culinarias como la cecina y los quesos.
  • El segundo bloque ofrece cocina elaborada (rape de barriga negra con la sopa de ajo de Manolo de la Osa, bacalao asado, pochas, ventrescas de cordero asado) con presentaciones muy cuidadas y precios cercanos a los 25€ (la ración entera). 
  • Por último, la carta presenta las recetas más eclécticas, "cocina de fusión" con mezcla de sabores y de orígenes geográficos. Así, podemos elegir entre ceviche selvático a steak tartar (muy recomendable), pasta, codillo alemán guisado con cerveza negra o, desde México, aguachile con gamba blanca, berberechos y totopos.
No obstante, la carta es muy cambiante y existen otros platos que son sugeridos diariamente en función del producto. 

El servicio, formado en las cocinas (todos ellos son cocineros) trabaja perfectamente y con la ventaja añadida de que conocen y explican adecuadamente cada preparación que llevan a la mesa.

El ambiente del local es tranquilo y está concebido para que el foco se mantenga en la comida, sin distracciones visuales o de otro tipo.

TriCiclo es, sin duda, un ejemplo de trabajo bien hecho y un valor seguro si se trata de comer bien en un ambiente informal y cómodo.


Precio medio: 30 € por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 8/10.
GastroTip: Nos gustó el detalle de dispensar agua en jarras como parte del servicio de mesa.

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