Hace apenas un mes que ha abierto
sus puertas en la plaza de La Moraleja, en Alcobendas, el restaurante Tse Yang Dim Sum Club, perteneciente al
grupo Café Saigón, que posee igualmente los restaurantes Café Saigón (ver post) y Tse Yang Hotel Villa Magna, considerado el
mejor "chino" de Madrid (ver post). La especialidad culinaria es el dim sum, elaboración típica de la cocina
cantonesa a base de masa de huevo o de trigo con diferentes formas; se cocinan
generalmente al vapor y se sirven en cestas de bambú o en pequeñas sartenes. Esta
fórmula está poco explotada aún en Madrid y por ello creemos que tiene largo
recorrido. El restaurante ocupa un amplio local con decoración típicamente
oriental en tonos rojos y negros pero con un toque moderno que ayuda a crear
un ambiente agradable y elegante. Los grandes ventanales exteriores a ambos
lados del salón principal proporcionan mucha luminosidad. Cuenta con una
terraza similar a la del resto de restaurantes de la plaza de la Fuente,
pero por eso mismo recomendamos el interior del local, más bonito y acogedor.
La carta viene ordenada en
función de los distintos tipos de dim sum,
con más de treinta variedades, y se completa con opciones clásicas de los
restaurantes chinos como rollitos, carnes, aves, pescados, arroces
y noodles. Cuenta con dos menús
degustación a 28 € y 32 €, así como un menú infantil.
Tras un apetecible aperitivo típico a base de tostas de pollo con sésamo comenzamos nuestro festín con los kuo tie de cordero al curry. Continuamos con los hakao de salmón con huevas de pez volador, acompañados de una salsa de mostaza …Espectaculares. Pasamos a los siumai de pollo con trufa y seguimos con los tsin pao de pato con foie, especialmente ricos. Terminamos nuestro banquete particular de dim sum con los “tres delicias” de gambas, vieiras y cangrejo, buenos también. Para cerrar la comida y probar algunos de los otros platos pedimos los noodles Singapur y el clásico arroz tres delicias (el único e importante "pero" dado que al menos los guisantes eran congelados...). Media docena de postres culminan la carta; no los probamos pero posiblemente habríamos optado por los canutillos de chocolate.
El servicio muy atento y agradable. En resumen, una apertura interesante que creemos que dará juego por ofrecer una alternativa gastronómica diferencial en la zona donde se ubica y con la habitual alta calidad de la que suelen hacer gala los restaurantes de este grupo.
Nuestra valoración general: 7, 5 / 10.
Precio medio: 25€ por persona,
bebidas aparte.
GastroTip: tanto para comer como para
cenar; familias, parejas o amigos. Mejor dentro que en la terraza porque pierde
encanto.
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