martes, 14 de mayo de 2013

Bon Gustu. Cocina asturiana vanguardista


Bon Gustu es nuestro último - gran- descubrimiento gastronómico. Aunque ya hemos comentado en este blog otros representantes destacados de la cocina asturiana en Madrid -El Paraguas, El Oso, Ten con Ten y Esbardos- en este caso, se trata de una propuesta diferenciada que sobre las bases tradicionales de la gastronomía asturiana, propone platos innovadores, con una presentación muy trabajada, pero sobretodo muy ricos,  . El chef, Daniel Villoria, aúna su gran capacidad culinaria, con una creatividad que nos recordó en algunos momentos a DiverXO, uno de los restaurantes donde se ha formado. 


Se ubica en un local amplio, con dos zonas diferenciadas: la del salón comedor, discretamente elegante y sin estridencias ornamentales y otra que definen como de chill out, pero que no vemos que encaje en el contexto. Los menús cambian con cierta frecuencia, incorporando nuevas recetas. Aunque la carta detalla el menú degustación, no es preciso elegir entre los platos, sino que se interesan por las posibles alergias y preferencias del cliente, dando dos opciones, el menú "corto" y el " largo". Elegimos el "corto" (un aperitivo, dos snacks y seis platos principales, además de dos postres) y necesitamos casi unas dos horas....

Comenzamos con un aperitivo a base de pieles de fabes fritas y ketchup cremoso con especias y continuamos con una tarta crujiente de maíz, con picadillo de matanza y crema de cabrales. Realmente rico, aunque nada comparado con el siguiente plato, el timbal de patata, con yema de huevo de codorniz. Casi sin haber comenzado lo que se acabo convirtiendo en toda una toda experiencia culinaria,  sentíamos ya la "contundencia" de la comida. Deliciosa la hamburguesa de gochu con queso gamoneu. Siguió la raba de Llanes con alojo de cítricos y mojo de chile y después el rape alangostado, frito al revés, con mahonesa de teriyaki, buenísimo.  Atacar las fabes con compango, acompañadas de un helado de comatu, crujiente de morcilla y preñada de maíz, era ya una ardua tarea para el estómago.  Continuamos con la merluza al punto de cristal con crujiente de tinta y textura de chirriones y seguimos con el pulpo "ahumado al momento" (literalmente) con ceviche. Para terminar, una riquísima carne con chimichurri, curry y lima, que al finalizar nos revelaron que era lengua de ternera. Casi no podíamos con los postres, pero ambos estaban muy ricos, quizá excesivos: arroz con leche en costra y helado de vainilla con golosinas de cítricos. Una comida sublime, aunque pantagruélica y con una relación calidad precio insuperable. El servicio fue sumamente atento. 

Nuestra valoración general:8 sobre 10
Precio medio: 35€ por persona (45€ el menú "largo")
Gastrotip: recomendable para comer, más que para cenar; para celebraciones especiales y para "foodies".

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