domingo, 27 de enero de 2013

LaFayette. Los "petits plaisirs" de la mesa.

Ha transcurrido bastante tiempo desde que nos dieron por primera vez muy buenas referencias de este discreto y acogedor restaurante francés situado en el barrio de Las Tablas. Por fin lo hemos conocido. Resulta inusual encontrar un restaurante de este perfil alejado de la zona metropolitana, no solo porque no se trata de un típico restaurante de barrio sino porque, además, poco a poco LaFayette se está consolidando en la escena gastronómica madrileña.

Su éxito reside en ofrecer recetas tradicionales de la cocina francesa, elaboradas con buenas materias primas y muy correcta presentación, un servicio impecable y un ambiente muy agradable y ligeramente "afrancesado". Está ubicado en un reducido local con capacidad para una docena escasa de mesas, con decoración clásica pero sin barroquismos; techos muy altos, paredes en tonos beige y ocre y con cuadros contemporáneos (a la venta) colgando de ellas; todo ello confiere un aspecto elegante y un tanto intimista para cenas de pareja o comidas de negocios.
Como aperitivo nos ofrecieron una crema de champiñón con huevas de trufa y una ensalada Bourgeois, además de presentarnos unos excelentes panes artesanales de aceitunas, de tomate (especialmente adictivo), de centeno o blanco... La carta es breve pero muy acertada, con una decena de entrantes y otros tantos platos principales. Entre los primeros, nos decantamos por la “Bouchée à la Reine” – hojaldre con zamburiñas, champiñón y azafrán- muy rico y apropiado para compartir, aunque había alternativas tentadoras como la sopa de cebolla, el tartar de salmón o el foie gras "mi-cuit". Como plato principal, optamos por el salmón gratinado al queso de cabra, muy bueno, y un exquisito y original tartar de pato. Dejamos para otras ocasiones propuestas sugerentes como las vieiras caramelizadas, los conglionis con ternera blanca y el magret de pato. Los postres no eran muy de nuestros gustos, además de que resultan un tanto subidos de precio - 10 euros-, pero comprobamos la merecida fama que se han ganado sus crêpes Suzette; entre las alternativas estaba el habitual surtido de quesos. Muy francés todo y con mucho gusto.
El servicio es especialmente agradable y profesional.
Nuestra valoración: 8 /10
Precio medio: 40€ por persona, bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar en pareja, dado que resulta apropiado para conversaciones sosegadas; público elegante.

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