sábado, 10 de noviembre de 2012

La GASTROcroquetería (de Chema)

Encontrar un restaurante dedicado (casi) en exclusiva a uno de tus platos favoritos, es uno de esos deseos que no siempre se cumple. En este caso, el "sueño" se ha hecho realidad y el pasado fin de semana conocimos este pequeño restaurante que tiene como elemento central de su propuesta culinaria las croquetas. La GASTROcroquetería abrió hace poco más de un año en la castiza calle Segovia, en el barrio de Latina y aunque es un restaurante “temático”, con tan corta vida ha logrado ya cierta fama, correspondiendo el mérito a su ideólogo y chef, Chema Soler, de origen valenciano, con un destacable número de premios en su trayectoria y que cuenta con el apoyo de su pareja para la perfecta atención a los clientes. No siendo relevante la estética, el local es acogedor. Está decorado básicamente en blanco, con paredes de ladrillo visto y techo abovedado; alberga pequeñas mesas para una veintena de comensales.
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Resulta meritorio que, siendo las croquetas el elemento central de la carta, sus preparaciones no sólo “están ricas”, sino que son sorprendentemente creativas y cuentan con una presentación muy lograda, con distinta forma para cada tipo de croqueta e incluso variando la vajilla con que se presenta al comensal. Decidimos probar varias croquetas, comenzando por las de foie con pato (alargadas … y exquisitas), las tex-mex (cuadradas…con guacamole y jalapeños, aceptablemente picantes), la fondue de queso al curry con croquetas de pollo (redondas….y riquísimas) y la brocheta de croquetas con salsa barbacoa. Pero la carta también ofrece un surtido de tapas y cazuelas muy apetecibles, entre las que recomendaríamos la de turrón de foie sobre espuma de almendra frita, el carpaccio de gambas con huevas de maruca, la lasaña de confit de pato y las vieiras braseadas en huevos a la flamenca. Para próximas visitas nos reservamos las croquetas de cocido sobre hummus con crujiente de zanahoria, las de sepia en su tinta gratinadas y las de mejillón “tigre” en curry rojo sobre salsa de tomate picante. De postre -¿cómo no terminar también con croquetas?- recomendamos las de galleta María sobre crema inglesa y las de galleta Oreo con nata.
Fiel a sus orígenes valencianos, para los domingos han introducido como fórmula  Los domingos de arroz” con propuestas interesantes como el arroz de sobrasada con solomillo y queso azul, el arroz de gambas con ajetes y trigueros o el arroz frito de calamares sobre ajo-aceite de tinta.
En resumen, una experiencia gastronómica atractiva (sobretodo para los que “soñamos” con croquetas), en un ambiente grato y a un precio razonable.
Precio medio: 15€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 7’5/10
GastroTip: para comer o cenar informalmente; sabores diferentes y muy apetecibles; conviene reservar con antelación dado que el local es pequeño y está en una zona muy concurrida.

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