miércoles, 25 de enero de 2012

Vi Cool. Cocina tradicional con un toque de creatividad.

Descubrimos la cocina de Sergi Arola hace ya unos cuantos años, cuando La Broche (hotel Miguel Ángel) era uno de nuestros restaurantes favoritos para celebraciones especiales. Nos consta que su nivel ha ido decayendo tras dejar la dirección del mismo este aclamado chef, cuya gran estrella en Madrid actualmente es Sergi Arola Gastro, que aún no conocemos. El Grupo Sergi Arola abarca un creciente número de restaurantes, casi todos ellos en Cataluña (Tres, Arola, Durius River Café, etc.). Acabamos de visitar Vi Cool, su última apuesta en la capital (réplica del Vi Cool de Rosas-Gerona, regentado por su cuñado), abierto poco después del pasado verano con una proposición gastronómica diferente en la que las raciones, tapas y cocas catalanas, permiten disfrutar de una cocina tradicional elaborada y presentada de forma imaginativa, dentro del concepto gastrobar, tan de moda últimamente.

 

Vi Cool juega con la unión de las palabras “vino" (en catalán “vi”) y la expresión inglesa "be cool" y se ubica en el número 12 de la popular calle de las Huertas, a pocos metros de la plaza de Santa Ana, uno de los epicentros de las tapas en Madrid. Obvia decir lo concurrida que suele estar la zona y que es prácticamente inaccesible en coche, a lo que hay que sumar que el restaurante no admite reservas…. Ello explica en parte que la clientela sea fundamentalmente de la zona (y, con ello, variopinta y desenfadada): grupos de amigos de diferentes edades; algunos extranjeros; parejas; de todo un poco…

Es un local con dos plantas: la superior está a pie de calle, es alargada y estrecha con un banco/sofá a lo largo del cual se distribuyen media docena de mesas. Cuelga de la pared –llamativamente- una gran foto en blanco y negro del mercado de La Boquería (Barcelona). La planta inferior está en un sótano sin ventanas. En general, la decoración no es especialmente atractiva, aunque han intentado darle un enfoque moderno con cierto aire informal y “ecológico” a base de materiales sencillos, paredes forradas de madera aglomerada y cajas de frutas del revés. Las sillas son metálicas, de diferentes colores.

Como aperitivo mientras esperábamos la cena, nos trajeron unas pequeñas rebanadas de pan de coca, acompañadas de aceite, sal y tomate. La carta semeja una postal antigua y ofrece algunos platos típicos de la cocina catalana. Preferimos elegir varios platos para compartir y así probar distintas propuestas de la carta. Nos encantaron las bravas de Arola (presentes también en Sergi Arola Gastro), las albóndigas fritas con salsa chimichurri (servidas con fondue de queso de cabra en una pequeña cacerola) y los pequeños canelones (estilo “carn d´olla”). También nos gustó mucho la coca “Cesar”, con bacon, champiñones y dados de pollo, y nos quedamos con ganas de probar la coca con patatas fritas, huevos de codorniz y aceite de trufa.  De los postres, deliciosa la fondue de chocolate blanco en la que “mojamos” unas pequeñas trufas de cacao.

En resumen, una alternativa gastronómica diferente, con comida casera muy rica, en formato diseño pero a precios razonables. El servicio, muy atento y agradable.

Precio medio: 25€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 7,5/10
GastroTip: para comer o cenar con amigos (ojo… no se puede reservar ni aparcar cerca); propuestas imaginativas aplicadas a platos caseros, a precios razonables. Más “cool” que “chic”.

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