En los bajos de un moderno edificio de oficinas situado en pleno paseo de la Castellana, encontramos la última apuesta del Grupo Tragaluz, que tanto éxito está teniendo en Madrid con el Bar Tomate (una de las entradas más populares de nuestro blog). El concepto y público objetivo es similar, aunque Luzi Bombón nos presenta una cocina más cuidada y "seria", con orientación de brasserie sofisticada y chic.
En consonancia con esta “declaración de principios” la breve carta ofrece carnes, arroces, pescados y verduras a la brasa, que se pueden acompañar de diversas guarniciones (recomendamos los tirabeques al curry, el arroz salvaje con verduras y mostaza o las papas con chimichurri, sin olvidar el puré de patata trufado, de intenso aroma). La original carta, que se presenta en una tabla de madera con el nombre del restaurante troquelado (similar detalle se aprecia en la puerta de la entrada, en la calle Rafael Calvo), contiene una sección de entrantes que van desde las ostras hasta la lasaña de ceps (un tanto insulsa) pasando por algún clásico de Bar Tomate (las alcachofas fritas o el tartar de atún con guacamole). La comida está buena en general y las raciones son generosas (riquísimo el solomillo, que se presenta fileteado), si bien el resultado final puede resultar algo subido de precio teniendo en cuenta que las recetas no están excesivamente elaboradas.
Repasando el diáfano local, orientado completamente a los grandes ventanales del frontal (que dan al jardín delantero) observamos el predominio de los colores neutros y de los materiales simples y naturales (mobiliario y paredes de madera, cuerdas en los elementos decorativos, utensilios de cocina expuestos en una de las paredes). Queremos mencionar por último la variedad de flexos con que se completa la iluminación de las mesas: un detalle ecléctico y un tanto vintage.
La clientela varía mucho dependiendo de la hora y del día de la semana, precisamente por la versatilidad con la que han querido jugar los artífices del restaurante, pero en general se ve público cosmopolita y de buen aspecto.
El local se completa con varias zonas de mesas bajas, así como una barra donde esperar y picar algo, o tomar copas de jueves a sábado por la noche. El servicio nos pareció muy atento, cortés y ágil (sin atosigar), lo cual es muy de agradecer hoy en día.
Precio medio: 25€ por persona, bebidas aparte.
Nuestra valoración general: 7,5/10
GastroTip: una recomendable opción, muy versátil, moderna y simple; quizá para grupos merezca la pena una alternativa más económica.
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