Poco antes del inicio del verano ha abierto sus puertas la última apuesta del grupo Larrumba, el restaurante Habanera, situado en la plaza de Colón, ocupando parte del local que durante muchos años habitó RiofrÍo, todo un clásico de la hostelería madrileña. Habanera está cosechando un éxito reseñable y cuesta encontrar mesa para cenar, incluso en agosto...
El estilo decorativo nos recordó al de Marieta (ver post) y en algunos elementos a Perrachica (ver post) y es claramente colonial, con varios ambientes diferenciados. El restaurante se distribuye en dos plantas; desde la superior se disfruta de una bonita vista de la plaza, pero es menos bonita. En la planta baja hay una barra según se entra a la izquierda y otra al fondo; el salón principal con una zona de mesas con sillas y otras acompañadas de sofás y otro pequeño salón tipo bistró con un piano como protagonista. Una de las paredes cuenta con estanterías decoradas con bonitas botellas, otra con un gran espejo; por lo demás, profusión de grandes plantas, papel pintado y decorados tropicales que configuran un entorno muy bonito y agradable.
La carta resulta muy apetecible con numerosas referencias a platos caribeños y cubanos específicamente, aunque despista un poco que cuente también con cachopo, arroz a banda, chipirones a la andaluza, costillar de ternera asada o lomo bajo... Entre los platos que más llamaron nuestra atención citaremos: las medias limas con ceviche de salmón, aguacate y cilantro; los "falsos niguiris" de causa limeña con pulpo a la brasa; los saquitos de arroz a la cubana -curiosa y lograda interpretación de esta receta tan familiar-, la tortilla trufada con espuma de patata (exquisita); las croquetas, tanto de "ropa vieja" como de mejillón en escabeche y la "ropa vieja" cubana con arroz congri y chips de plátano. De los postres probamos la tarta de galleta María, chocolate y lacasitos. Acompañamos la comida con sendos cócteles de una amplia selección con la que cuenta. En concreto, el llamado "Mi cuerpo pide salsa" con ron de coco, puré de mango y puré de fruta de la pasión y el "No es un mojito" con ron añejo, piña asada con vainilla, canela y nuez moscada.
En conjunto, nos ha encantado Habanera: comida muy rica, un local precioso y razonable relación calidad vs precio. El servicio fue muy amable y atento.
Precio medio: 30 euros por persona. Bebidas aparte.
Nuestra valoración: 8 / 10
GastroTip: ambiente informal pero elegante. Cuentan con brunch sábados y domingos (40€ dos personas).
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