El restaurante estaba lleno pero más nos sorprendió que -como nos confirmó un camarero- cerca del 80% de los comensales eran extranjeros... Se ubica en un local con forma alargada, no muy grande y con las mesas bastante cerca unas de otras, decorado básicamente en negro, con abundancia de cajas de madera, lámparas de cartón y paredes con murales de composiciones muy variadas.
Canalla Bistro responde a una apuesta gastronómica aparentemente informal, pero con platos no exentos de cierta sofisticación y calidad y precios razonables en general. Comenzamos con el sandwich de nigiri de pato "Pekín", la mozzarella rellena de cangrejo al pesto gratinado con mayonesa de yuzu y el cucurucho crujiente de salmón, aguacate y wasabi. Muy ricos los dos primeros y un tanto insípido el cucurucho. Continuamos con el sandwich de pastrami (muy grande) y el pad thai tika massala, con tallarines de arroz y pollo de corral, muy apetitosos ambos aunque más apropiados para compartir. Otros platos que reservamos para la siguiente visita son: el nem vietnamita de salmón ahumado, rúcula y queso tártaro; la ensaladilla rusa-thailandesa; tartar picante de atún rojo con arroz de sushi templado; bocata al vapor de cerdo Pekín; taco mejicano con rabo de toro y setas y la pizza okonomiyaki - col, cebolleta china, bacon y bonito seco. No pudimos con los postres pero tenían buena pinta la torrija caramelizada con helado de mantecao y "nuestra versión del tiramisu helado". Servicio atento y muy agradable.
En conjunto, nos ha gustado mucho Canalla Bistro: el formato, la comida y el estilo del local. ¡¡Todo un éxito!!
Nuestra valoración: 8 sobre 10
Precio medio: 25€ por persona bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar en pareja, con amigos y menos con niños. Menú degustación por 25€.
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