El pasado mes de mayo inauguró su nuevo
local el magnífico restaurante que dirige Cesar
Martín, premiado en 2016 por la revista Metrópoli con la distinción “Cocinero
en progresión” y que cuenta ya con un “Sol”
en la afamada Guía Repsol. Conocimos
LaKasa hace ya casi cuatro años (ver post),
poco después de su apertura y se ha consolidado claramente como una gran opción
gastronómica a la que auguramos mayores premios futuros...
LaKasa
se
ha desplazado desde su ubicación en la calle de Raimundo Fernández Villaverde hasta la de Santa Engracia, con un local más grande que el anterior, contando con una zona de barra y mesas altas, acorde con la tendencia que
venimos observando en las recientes aperturas. Desde el punto de vista
estético, el nuevo local logra un resultado moderno y acogedor, con luces
atenuadas, suelos de roble, paredes revestidas de pizarra y cocina a la vista (se
lee en su cristal: “Sala de mákinas”).
En el comedor hay una original estantería formada por tubos metálicos con cajas de madera envejecidas y en
diferentes dimensiones.
Un elemento importante en LaKasa es el servicio, de la mano tanto del chef, al que se ve entre las mesas, saludando e interesándose por los platos, como de su pareja, Marina Launay, muy agradable y oportuna con sus recomendaciones.
La carta se basa en materias primas de calidad, presentadas con ciertas dosis de creatividad, actualizándose con frecuencia para incorporar productos de temporada. Muchas opciones apetecibles entre los entrantes, como las croquetas de ají de pintada, los buñuelos de queso Idiazábal, la cecina de Astorga con un toque de pimienta, los mejillones bouchot al curry rojo o con ajo, hierbas y pimentón y el arroz cremoso con “katsuobushi” (virutas marrones rosáceas preparadas a partir del atún), plato que denominan “La danza del atún” y que tiene un sabor ahumado; merece la pena probarlo.
Han eliminado platos de la anterior etapa, aunque mantienen algunos dedicados a la caza, -en esta ocasión, el pichón asado y el tartar de corzo- y las (exquisitas) manitas rellenas de rabo estofado. A ellos se añaden el bonito, sofrito con jalapeños; los chipirones a la plancha; la carne roja de Guikar a la brasa; el sapito de rape y el guiso de raya, así como nuestras dos elecciones: el tartar de atún –bien- y el plato que denominan “Los revolcones de Adolfo”, a base de mollejas de ternera, setas y papada, muy recomendable. Los viernes y sábados en las comidas incorporan el steak tartare y el solomillo Wellington (sólo los sábados). Prácticamente toda la carta, postres incluidos, se presenta bajo la fórmula de raciones y medias raciones y, en general, los precios son razonables.
Como
conclusión, seguimos augurando un exitoso recorrido a LaKasa, con un local acertado en esta nueva ubicación, aunque
complicado para aparcar... Buenas materias primas, elaborada presentación de los
platos y una destacable relación calidad / precio.
Nuestra valoración general: 8/10
Precio medio: 30€ por persona, bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar en un ambiente agradable. Para grupos reducidos. No para cenar con niños.
Precio medio: 30€ por persona, bebidas aparte.
GastroTip: para comer o cenar en un ambiente agradable. Para grupos reducidos. No para cenar con niños.
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