Conocemos Álbora desde su apertura, hace
poco más de dos años, como prolongación (mejorada) del proyecto gastronómico
iniciado bajo el nombre de Sula.
En aquel momento se reforzó el servicio de sala y la dirección de la cocina con
personal de gran experiencia para reimpulsar el negocio y conseguir ese éxito
que no terminó de alcanzar Sula.
Recientemente el restaurante Álbora
ha sido premiado nada menos que con una estrella Michelin y dos soles
Repsol, lo que le encumbra a una liga superior en el universo
gastronómico.
Desde el
punto de vista estético se mantiene la renovación ya realizada anteriormente y
que comentamos en nuestro post previo
de este restaurante, con una zona gastrobar en
la planta de acceso desde la calle, con barra y mesas altas -aunque también
algunas bajas al fondo- propicia para tapeo y copas, con decoración en tonos
claros y muy iluminada como en general todo el restaurante (a nuestro juicio,
en exceso), que le confieren un aire moderno. En la planta superior una docena
escasa de mesas, razonablemente espaciadas, con decoración sobria a base de listones
de madera en paredes y, en uno de los comedores, grandes ventanales con vistas
a la calle de Jorge Juan.
La carta ha
cambiado sustancialmente desde nuestra visita anterior: se han eliminado algunos
de los platos que cuestionábamos en aquel post
(excesiva casquería, bacalao como casi único pescado…). Así, ahora entre los
pescados ofrecen merluza, rodaballo,
lubina, tallarines de calamar y entre las carnes: manitas de cerdo, lomo de
ciervo, rabo de buey estofado y carrillera de ternera. Disponen de un menú
degustación largo y otro corto, optando nosotros por este último. Empezamos con
una pequeña tapa a base de sardina, parmesano y sopa de melón e hinojo y
continuamos con el huevo asado de caserío con consomé de garbanzo y bacalao. Bien
ambos platos, especialmente este último. Seguimos con el lomo de merluza asada
y después con la carrillera de ternera asada con terrina de patata y bacon, sabrosos
y bien presentados. Para finalizar, dos postres: torrija caramelizada con crema
helada de anís y gelatina de café con pistacho. Mejor el primero… con
diferencia. El menú largo tiene los dos mismos entrantes pero le siguen tres
pescados y dos carnes.
Ciertamente
ha sido la vez que más nos ha gustado la comida de todas las que hemos ido a Álbora, con platos bien presentados y
una carta atractiva, especialmente el menú degustación con un precio a la vez
muy razonable. Sin embargo, esperábamos algo más de un restaurante premiado con
una estrella Michelin. Por ejemplo, en la recepción y puesta en
escena general (tardaron mucho en traer el aperitivo, la mesa quedó
manchada por varias gotas de vino tras varios servicios, los arreglos
florales de las mesas a base de una especie de alcachofa dentro de una pequeña
bolsa de plástico...).
Precio medio: 48€
por persona el menú degustación corto y 69€ el largo. En ambos casos, bebidas
aparte.
Nuestra valoración general: 8/10
GastroTip: no
descartamos que sea recomendable la opción de la barra, con
atractivos pinchos y tapas, a precios proporcionalmente más moderados y público
más joven e informal. No tiene aparcacoches.
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