Ubicado en la calle Almagro esquina con Zurbano, Whitby [güitbi] es un restaurante desenfadado, chic y con ambiente joven, cuyo nombre hace referencia a la villa costera inglesa que fue escenario de varias obras literarias, la más famosa de ellas “Drácula”. Se ha convertido en pocos meses en uno de los locales más nombrados y recomendables en Madrid. A medio camino entre un restaurante, un café y un bar, ofrece un gran ambiente tanto de día como de noche, con una fórmula basada en comida sencilla, pero apetecible, cócteles y música. Conviene reservar con cierta antelación.
El local tiene dos plantas. Es muy luminoso (durante el día, gracias a sus grandes ventanales) y está decorado en tonos neutros (con predominio del gris) y con materiales naturales: mesas de madera, sillas y taburetes vintage de chapa, cojines imitando pequeños sacos, grandes conductos de ventilación a la vista, etc. El conjunto resulta muy armonioso. La planta baja tiene una zona de barra con pinchos, varias mesas altas, algunas mesas estándar y un par de mesitas para tomar café o un aperitivo. La planta superior es algo más seria e invita más a cenar que a picotear.
El público que frecuenta este restaurante varía mucho del día a la noche y del fin de semana al resto de los días. Por el día, encontramos tanto parejas cool como grupitos estilo “gossip girl”, familias con bebés y algún que otro señor asiduo de la cafetería que ocupaba antiguamente este local; por la noche, gente joven y un estilo moderno y chic.
La carta es sencilla y poco pretenciosa. Resulta difícil no encontrar algo apetecible en ella. Comienza con una oferta de pinchos (entre 3€ y 5€) de los cuales hemos probado el de salmón, queso fresco y sésamo (no os guiéis por su página web pues la carta que muestran no está actualizada). Aunque hay cuatro tipos de ensaladas, nosotros siempre vamos directos a los segundos (se pueden compartir perfectamente): chipirones rellenos de morcilla sobre cama de cebolla -riquísimos- y albóndigas de cordero con salsa de almendras y cous-cous (menos jugoso de lo que esperábamos). De postre hay helados (5,90€), tarta de queso, tarta del día y coulant de chocolate (no está mal, aunque los hemos probado mucho mejores). La lista de bebidas está más orientada a los combinados que al vino. Aún así, encontramos precios razonables en conjunto.
El servicio es correcto y nos sorprendió positivamente el (inusual) hecho de que revisan la cuenta antes de entregártela.
Nuestra valoración general: 7/10
GastroTip: para comer o cenar con amigos; para copas; ambiente "casual".
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