El pasado viernes compartimos una agradable velada con unos buenos amigos en Caoba, restaurante abierto a principios de verano en el paseo del Pintor Rosales. Solo con ver su web te sientes atraído por conocerlo y esta vez la realidad estuvo a la altura de la expectativa. El restaurante aspira a la alta cocina italiana -y quizá lo consigan- bajo las directrices de su chef, Vincenzo Marconi, muy conocido en el entorno gastronómico italiano y con frecuentes apariciones en sus medios de comunicación.
Caoba ofrece claras referencias a la cocina del país transalpino presentadas con cierta sofisticación, como la carbonara con cigalas (exquisita, aunque nada que ver con la tradicional carbonara) el risotto de boletus o los spaghetti “ a la tavola” (demasiado al dente en esta ocasión), junto con otros platos novedosos como el San Pedro con langostinos, el ciervo con boletus o el mero y chuleta de cordero de Nueva Zelanda. Entre los entrantes, nos decantamos por el carpaccio de lubina, realmente rico y el atún rojo con "aire" de lima.
Destacable la tabla con un surtido de panecillos -a cual más rico- a modo de acompañamiento. Nos ofrecieron como pre-postre, un original flan de café y entre los postes probamos el "Blanco que te quiero blanco", a base de bizcocho de almendras, helado de fresa y regaliz y la crema catalana al regaliz, ambos recomendables.
La decoración es realmente sofisticada ya desde la primera planta, donde se puede tomar una copa. Grandes paneles de techo a suelo con obras del artista mexicano Carlos Torres decoran las paredes. Igualmente llamativo es el salón comedor, al que se accede a través de una escalera de caracol que conduce a la planta inferior. Paredes en tonos grises, luces atenuadas y unos modernísimos sofás acharolados en tonos blanco, dorado y rojo en el centro del salón conceden un estilo sofisticado pero también elegante al restaurante. A un lado, un comedor reservado con tonos rojos y decoración a modo de biblioteca. Particularmente originales son los cuartos de baño, sin grifos y en cuyo frontal aparecen tres palabras: water/soap/air, de forma que poniendo las manos debajo de cada palabra se obtiene lo indicado sin presionar botón alguno. También parece formar parte de la decoración la gran mesa de quesos y la original bodega, que se aloja (al menos, parte) en pequeños huecos en una de las paredes del salón.
Otro de los aspectos claramente destacables del restaurante es el servicio, muy profesional y atento -pero sin molestar- y absolutamente dispuesto. A ello contribuye la experiencia del maître y del sumiller en restaurantes de prestigio (ambos procedentes del Santceloni).
Caoba apuesta claramente por la sofisticación tanto en los platos ofrecidos como en la decoración y el servicio, lo cual se refleja incluso en la encuesta que recibimos por correo electrónico poco menos de una hora después de marcharnos, pidiéndonos que valorásemos una serie de aspectos. En general nos gustó mucho, si bien no es el tipo de restaurante al que iríamos con frecuencia, por ser muy formal y con un precio un tanto elevado, en el que se paga más el conjunto general que la comida en sí misma.
Precio medio: 65€ por persona sin bebidas. También hay un menú degustación a 85€.
Nuestra valoración general: 8/10
GastroTip: para cenar con amigos en ocasiones especiales. Público elegante, de edad media.
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