sábado, 22 de octubre de 2011

Kirei: reinventando Teatriz

ACTUALIZACIÓN (agosto 2012): este restaurante acaba de cerrar sus puertas, ver Obituario.

Hacía mucho que no íbamos a Teatriz; en las últimas visitas, la calidad de la comida, un servicio no muy atento y el precio relativamente alto, no nos dejaron muy satisfechos. Pero este pasado jueves decidimos visitarlo de nuevo ante las continuas referencias en los medios de comunicación anunciando su remodelación estética y, sobre todo, conceptual. Nuestro gusto por la cocina japonesa y saber que la apuesta cuenta con la colaboración de Kabuki y Sudestada (ambos comentados en este blog) nos llevó a Kíreí -bonito, bello, hermoso, en japonés-, una de las novedades que desde primeros de septiembre incorpora Teatriz y que igualmente está situado en el número 15 de la calle Hermosilla.


El renovado Teatriz ofrece cuatro ambientes diferenciados: Tapas Teatriz, para tomar pinchos; no de pie, como se estila, sino en un sitio cómodo y un tanto formal; frecuentado por público joven del barrio de Salamanca; el antiguo Teatriz, que ha renovado su carta, pero dentro de su habitual enfoque convencional (estaba lleno, quizá con demasiadas mesas; público variopinto, de edad media y familias con niños; mucho turista extranjero, habitual en este restaurante); el Pink Lounge, para probar la extensa oferta de cócteles que vienen del acuerdo con Sudestada; está situado en el piso superior y tiene una cristalera con vistas a los restaurantes de la planta baja; no llegamos a subir, pero dicen que aspira a convertirse en afterwork de referencia de Madrid….; por último, a través de un pasillo semicircular que se abre a la izquierda tras pasar la parte de las tapas está Kíreí: ocupa el escenario del antiguo teatro, que realmente estaba desaprovechado, con lo que al estar en alto facilita ser visto desde las mesas que están en el patio de butacas, en el restaurante Teatriz.
La decoración corresponde a un discípulo de Philippe Starck, autor en otros restaurantes de diseño sofisticado –Ramsés, también comentado en este blog- aunque como ya hemos visto, eso por sí mismo no garantiza el éxito. El ladrillo visto color ceniza oscura reviste las paredes existentes, en una de las cuales descansa un altísimo espejo; una gran lámpara de diseño se cierne sobre el centro del escenario y aún se ven las tramoyas del antiguo teatro en el altísimo techo; mármol blanco en el suelo y en la barra de sushi - unos ocho metros- que ocupa todo el escenario; menos de una docena de mesas negras imitando pizarra y sillas blancas. En el extremo de la barra hay una mesa desde la que se puede ver directamente como prepara el sushi.
Hoy en día se ofrece comida presuntamente japonesa en muchos restaurantes, e incluso en sitios de comida rápida, pero se trata de una comida en la que lo fundamental es la calidad de las materias primas y pocos están a la altura; Kíreí superó nuestras expectativas: prácticamente al nivel de Kabuki y quizá por encima de Nikkei 225 (comentado en este blog). Parece lógico si tenemos en cuenta que el chef jefe es Víctor Serrano, anteriormente en Kabuki (Wellington).
Como aperitivo, nos ofrecieron una pequeña ensalada de pulpo con manzanas, macerada con wasabi, un poco picante, pero sabrosa. Comenzamos con la ensalada Ebi, especialmente rica, a base de langostinos rebozados con cereales y seguimos con algunos de los nigiris que son referencia en Kabuki, como los de pez limón, huevo de codorniz con trufa o mini hamburguesa de Wagyu, junto con los de atún y uno que no habíamos probado y que recomendamos: el de pescado blanco con tocino ibérico flambeado.  De los makis, elegimos el Futomaki de cangrejo, con cangrejo frito, aguacate y huevo hilado, que nos gustó mucho y terminamos con un curry sabrosísimo, el Kare No Buta (curry japonés al estilo Sudestada, según reza la carta), picante, pero soportable. Como colofón, churros con chocolate, pequeños y crujientes, acompañados de un chocolate suave, postre que ya conocíamos de Kabuki (también lo tiene Ramses). No probamos los cócteles, pero había una carta muy amplia, dentro de la aportación de Sudestada. También hay un menú degustación a 60€. El servicio fue profesional y muy amable; atento a cualquier detalle.
En general, la cena nos gustó más de lo esperado y merece la pena conocer Kíreí, porque ofrece una comida “japo” de cierta calidad, en un espacio nuevo y diferente, aunque con menos sofisticación de la esperada. Una vez conocido, volveríamos a cenar en el benchmark (Kabuki) o en alguno de los alumnos aventajados (Nikkei 225 o Shikku Izakaya), máxime teniendo en cuenta que el precio de Kíreí no está muy por debajo de estos. En lo que se refiere a Teatriz, nos llevamos la sensación de que es más la publicidad que le están dando que el cambio real, porque desde el escenario tienes la sensación de que “Teatriz sigue ahí”.

Precio medio: 50€ por persona; vino aparte.
Nuestra valoración general: 8/10
GastroTip: Para cenar en pareja o con amigos. Comida japonesa y ambiente agradable; precios para japoneses….

2 comentarios:

  1. Yo estuve hace poco con mi pareja y nos encantó la nueva zona kirei. La comida estuvo deliciosa y el trato de los camareros fue estupendo.
    Volveremos sin duda :)

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  2. A mi me gusta mucho la zona Kirei, soy amante de la comida japonesa y es un lujo poder disfrutar de ella en un sitio como Teatriz.
    Hay unos menús expres a la hora de comer por 30 euros que están muy bien, he probado los de Tokio y Kioto y los dos me encantaron. Os los recomiendo ;) www.teatriz.com

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